Hace unos días, aprovechando este terrible confinamiento que estamos sufriendo, comencé a ver un vídeo de un tipo muy interesante. Se llamaba Nil Eyal, él es un conocido autor, conferenciante e inversor estadounidense (de origen Israelí) y hablaba de cómo generar hábitos positivos, superar las distracciones y vencer la procrastinación. Con sus ideas y algunas mías, me he decidido a escribir este post, por si aporta algo más de luz a este problema de cientos de miles de españoles en este momento.
¿Qué es la procrastinación?
Técnicamente procrastinar es diferir o aplazar para otro momento algo que tendrías que estar haciendo ahora. Es un término que se puso de moda hace unos años, sin embargo, esto es más viejo que el arca de Noé. Hace casi 2500 años, ya se hablaba de Akrasia, que hace referencia a ese estado mental en el cuál una persona actúa en contra de lo que le conviene por falta de voluntad. Es ese estado mental irracional en el que nos dejamos ir y terminamos realizando algo que va en contra de nosotros. Y esto ahora tiene mucho sentido con todos los distractores que tenemos a nuestro alrededor.
¿Qué es una distracción?
Podemos decir que una distracción es todo aquello que nos aparta de lo que queremos, que nos conduce en una dirección opuesta a lo que queremos conseguir. En esta época casi cualquier cosa parece o puede ser una distracción y en ocasiones nos genera mucha ansiedad: Comprobar nuestro email, las notificaciones de las redes sociales, un whatsapp en nuestro teléfono, una pregunta de alguien a nuestro alrededor, nuestro hij@ pidiéndonos algo de atención, etc.
¿Qué es lo opuesto a las distracciones?
La mayoría de nosotros responderíamos que lo opuesto a una distracción es la concentración. Focalizarnos en aquello que tenemos que hacer y trabajar concentrados para conseguirlo, pero no es así.
Si analizas bien la palabra, lo contrario a una distracción sería una “tracción”, hacer cualquier acción que tire de ti y que te acerca a lo que quieres conseguir. Del mismo modo que cualquier cosa podía ser una distracción, no es menos cierto que, cualquier cosa también puede ser una “tracción”, solo debemos tener claros ciertos patrones.
Posiblemente si notas que no eres productivo en tu día a día, y más ahora con el teletrabajo (que no todo el mundo estaba preparado para hacerlo), la solución no pasa por encerrarte en una habitación, dejar de usar las redes sociales o bajarte al trastero para obtener un poco de tranquilidad. Quizás resulte mucho más inteligente, seguir utilizando las redes sociales, pero de una manera más productiva, agendando bien determinados momentos y orientándolas correctamente al beneficio que obtenemos de su uso.
¿Has pensado lo complicado que sería vivir en estos días sin todas esas cosas que demonizamos porque no sabemos utilizar bien? Plataformas de series y películas, internet, redes sociales, el email, nuestro Smartphone. El problema no es la tecnología, es como la usamos, por eso, la solución es un poco más profunda que simplemente tomar distancia sobre ellas. Te lo explico ahora…
¿Por qué nos distraemos?
Si os realizo esta pregunta posiblemente me respondáis que la mayoría de vuestras distracciones vienen provocadas por una serie de desencadenantes externos. Estos suelen ser los sospechosos habituales: Sonidos, vibraciones del Smartphone, mensajes en nuestro reloj, notificaciones en nuestro escritorio, etc), sin embargo, otra vez estamos en un error.
La principal causa de distracción no son los desencadenantes externos sino los internos. Aunque parezca increíble, no son todos esos sonidos, ni mensajes los que hacen que te distraigas, hay otra serie de “disparadores” dentro de ti que hacen que se rompa tu concentración.
¿Qué son los disparadores internos?
Son aquellos que nos lanzan mensajes desde nuestro interior para que realicemos algo. Podríamos decir que son como la mecha de la motivación, porque una vez aparecen, generan una fuerza en nosotros para comportarnos de alguna manera.
Hay de dos tipos: Por un lado están los fisiológicos, por ejemplo, cuando tengo hambre se genera una fuerza muy importante que me lleva a comer algo y cuando me siento saciado, se produce la misma fuerza en sentido contrario para que pare de comer. EL hambre y la saciedad serían dos disparadores internos fisiológicos.
Pero cuando hablamos de procrastinar y de ser más productivo, el verdadero problema son los disparadores internos psicológicos. Cuando surge uno de ellos, genera un gran malestar en nosotros y esto nos lleva a realizar algún tipo de actividad para aliviar ese malestar.
Por ejemplo, Cuando me siento solo, abro Facebook; Cuando siento dudas, acudo a Google; Cuando estoy aburrido, me dejo atrapar por Netflix.
Estos desencadenantes surgen porque nos sentimos incómodos con la tarea que hacemos o que tenemos que hacer y buscamos una forma de sentirnos mejor emocionalmente. Al final lo que intentamos con este tipo de conductas es huir del disconfort.
Por eso cuando veas que te distraes muy a menudo en tu trabajo o en tus estudios, pregúntate ¿Cómo me estoy sintiendo ahora mismo? ¿De que deseo escapar?
Al final, en vez de hablar de gestión del tiempo, tenemos que hablar de gestión del dolor, pero como lograrlo, te lo cuento la semana que viene en mi siguiente post…
A mí me atrapa Youtube. Aún viendo en 2x se te puede ir un montón de tiempo. Lo que hago cuando sé que tengo que cerrar con algo es poner en mi journal que lo que voy a hacer es no abrir Youtube en lo absoluto y enfocarme hasta terminar una a una las tareas del día. Es muy fácil distraerse. La determinación y el enfoque en micrometas es fundamental.