La segunda jornada arrancó con bastante fuerza, puesto que Cary Cherniss (coautor con Daniel Goleman del libro “La Inteligencia Emocional en el Trabajo”), nos habló sobre las estrategias de éxito para desarrollar la IE en el puesto de trabajo. Fueron 60 minutos repletos de multitud de estudios y de datos que corroboraban la existencia de una mejora en las habilidades emocionales cuando un grupo de profesionales participa en un programa de desarrollo de la IE y como esto impactaba en sus resultados y productividad. Apoyados por herramientas como el coaching individual o grupal, los seminarios formativos, los assessment o con herramientas como el Feedback 360º, recibimos una gran batería de argumentos para demostrar que la IE en un conjunto de habilidades que pueden entrenarse y que su desarrollo incide en los resultados.

Entre sesiones de presentación de posters y más comunicaciones, realicé el segundo de mis grandes descubrimientos del congreso. Marc Brackett, actual director del Yale Center for Emotional Intelligence e Investigador científico del departamento de psicología de la prestigiosa universidad situada en New Haven.

Cuando ya tenía mi speech preparado, Marc me sorprendió por su perfecto Castellano y por la tranquilidad y cercanía que transmite cuando hablas con él. Aunque tendría la oportunidad de escucharlo por la tarde en su magnífica ponencia “Creando Inteligencia Emocional en la escuelas”, fue un verdadero placer para mí poder intercambiar previamente unas cuantas ideas con él e incluso, porqué no, trasladarle mi sueño, que en ese momento no era otro más que conseguir que algún día pueda venir a contarnos en ASNIE, sus últimos trabajos sobre la aplicación de la Inteligencia Emocional en los sistemas educativos y sobre la eficacia de sus programas de entrenamiento en las escuelas norteamericanas.

Estaban siendo unos días espectaculares, conociendo a los pesos pesados relacionados con la Inteligencia Emocional tanto en su vertiente más profesional, como personal. Y a peculiares, no le gana nadie al Dr. Richard Roberts, responsable e investigador principal del ETS (Educational Testing Service) de Princeton. Un Australiano, afincado desde hace mucho años en Norte América y que no tiene pelos en la lengua para criticar (constructivamente) muchos de los modelos y de las pruebas de evaluación que utilizamos actualmente para medir la EI. De él me llevé varias dudas en mi cabeza. ¿De verdad están presentes las cuatro habilidades del modelo de Mayer y Salovey? ¿Podemos quitar alguna o debemos de añadir alguna? ¿Es suficiente el MSCEIT para evaluar adecuadamente la IE? Me encanta cuando salgo de una ponencia con más dudas de las que traía cuando comenzó, eso es señal de que me ha removido por dentro.

Y para la última jornada, todavía quedaban dos magníficos ponentes. A primera hora, pude disfrutar de una de las ponencias que más me gustó. La Doctora Helen Riess, Directora de un programa de desarrollo de la empatía y las relaciones interpersonales en el Hospital General de Massachusets y profesora de la Harvard Medical School, no desveló las bases neurológicas de la empatía y las claves para poder tomarla como base para humanizar la medicina, desarrollando las habilidades emocionales del personal sanitario. Una ponencia cargada de neurociencia, ejemplos brillantes y una gran desarrollo del concepto de Empatía.

Y para poner un broche de oro al congreso, uno de nuestros principales referentes de nuestro país, Pablo Fernández Berrocal, Catedrático de Psicología por la Universidad de Málaga y director del Laboratorio de Emociones (de la misma universidad). Pablo introdujo a los allí presentes con abundantes y brillantes toques de humor, su visión sobre la particular perspectiva que tenemos desde Europa de la Inteligencia Emocional y las principales diferencias con el resto del mundo.

Tras su brillante ponencia, el comité organizador del 5º Congreso Internacional de Inteligencia Emocional, tomó el testigo y nos emplazó a todos al mismo con un video tremendamente emotivo, en el que nos mostraron las lindezas de la ciudad que acogerá este famoso encuentro de expertos en IE en 2015, Buenos Aires.

Se que a muchas de las personas que conocí allí, no las volveré a ver hasta dentro de 2 años, pero también sé que con muchas otras, nuestros caminos están condenados a cruzarse de nuevo y todo en pos de la divulgación y promoción de la Inteligencia Emocional, así que en lo que al congreso se refiere, solo me queda decir: Adiós New York, Hola Buenos Aires !!!!