Últimamente me estoy enfrentando en la mayoría de las acciones formativas que realizo con Directivos y Responsables de equipos con la misma queja de una manera sistemática, en muchos sectores existe una considerable falta de talento para incorporarse a las organizaciones, no encuentran a profesionales con experiencia. Es cierto, que el problema es mucho más acuciante en unos casos que en otros, sin embargo, lo que me llama poderosamente la atención, es las creencias que afectan a este tipo de perfiles cuando se plantean diseñar un perfil profesional de alguien que desean incorporar a su empresa.

Por poneros un ejemplo, en los últimos años, existe una demanda creciente de buenos perfiles comerciales para el sector de las telecomunicaciones y mal que les pese, las compañías terminan seleccionando perfiles que no encajan al 100% con lo que demandan y necesitan, porque los candidatos que se presentan a dichos procesos no tienen el talento suficiente. Entonces apremiados por los tiempos y por la urgencia de la incorporación terminan cometiendo un grave error que les penalizará mucho en los próximos meses y que le costará a la organización una considerable cantidad de sus recursos económicos, y es que no seleccionan al candidat@ que necesitan, si no que escogen al mejor de entre los candidatos que disponen, y según ellos me cuentan, este perfil dista bastante del deseado.

Pero hoy no quiero hablaros de este efecto, prefiero centrarme en otro aspecto curioso que se produce cuando, por arte de birlibirloque un día, se enteran de que un profesional con experiencia en el sector se encuentra libre o buscando otro proyecto donde trabajar. Aquí se encienden todas las alarmas y los gerentes corren a ponerse en contacto con dicho profesional para hacerle una oferta, incorporarlo a su equipo y si es necesario, prescindir de algún miembro de este, que no esté a la altura o que no esté generando los resultados adecuados. De hecho, yo he llegado a ver personas abandonar la sala de formación con el teléfono móvil en la mano, cuando se han enterado de que un determinado profesional había abandonado una compañía de la competencia, para llamarle inmediatamente y hacerle una oferta.

Cuando observo estas situaciones, en más de una ocasión he preguntado a alguno de estos perfiles gerenciales. Disculpa, ¿Por qué esa premura y esa prisa para contactar con ese profesional? “¡Estás loco! Si no contacto con él rápidamente, se marchará a trabajar a otra empresa del sector, no ves que tiene experiencia en este mundillo y conoce el funcionamiento de nuestra compañía y del sector….”

Nunca dejará de sorprenderme la enorme capacidad que tiene el ser humano de hacerse una serie de preguntas (¿Le gustará nuestra oferta? ¿Querrá venirse a trabajar con nosotros? Etc) y de obviar, sin darse cuenta, otras cuestiones que son vitales en estas situaciones (¿Por qué se encuentra libre si tan bueno es? ¿Cuál es la razón por la que ha abandonado la compañía? ¿En cuantas organizaciones diferentes ha estado en los últimos años dentro del mismo sector? Etc)

Me quedo pasmado cuando contemplo determinados perfiles profesionales que han estado dentro del mismo sector en 3 o 4 organizaciones diferentes y en ninguna han cuajado. Claramente, o no son tan buenos como ellos dicen en las entrevistas, o tienen demasiada mala suerte a la hora de elegir organización, la verdad es que no terminan de asentarse en ningún proyecto concreto. Sin embargo, como tienen experiencia, aparentemente resultan una pieza extremadamente codiciosa para determinados gerentes, aunque luego tengan que despedirlos 7 u 8 meses después cuando los resultados no acompañan. Lo curioso es que entonces son seleccionados por otra compañía, del mismo sector, donde pasarán otros cuantos meses y luego volverán a cambiar de proyecto o serán invitados a marcharse.

Pasa algo parecido con los consumidores y las compañías de telecomunicaciones, son un porcentaje muy pequeño los que se mantienen fieles durante años a la misma compañía, sin embargo, casi todos hemos pasado ya por los tres principales operadores de telefonía móvil y vamos saltando de uno a otro según la época o el error que puedan cometer puntualmente con nosotros.

Cuando los gerentes me describen esta realidad, que repito les cuesta mucho dinero, yo les suelo responder inocentemente: “Pues seleccionad a perfiles que no vengan del sector. Buscad a personas que tengan las capacidades adecuadas, que tengan ese perfil comercial que necesitáis y enseñadles todo lo necesario sobre producto y servicios. Total, a los vendedores más veteranos también tenéis que ir enseñándoles y reciclándolos constantemente porque el sector avanza a una velocidad de vértigo y lo que vendéis ahora no se parece en nada a lo que vendíais hace 3 años”. Pero ellos me miran con cierta cara de pavor pensando la inversión que tienen que hacer en este tipo de perfiles, sin darse cuenta de que, en determinados sectores, demasiado endogámicos, es necesario abrir las ventanas de vez en cuando para dejar entrar el aire fresco. Volvemos a lo comentado anteriormente, les tira para atrás invertir unos cuantos meses en formar a alguien que no venga del sector, y no les pesa reciclar durante meses a los profesionales que ya tienen en el equipo, en algunos casos, llegando a durar ese reciclaje, muchos más meses.

Veo, que en algunos casos puntuales que he vivido en los últimos años (no en todos los sectores), existe una gran tendencia a sobrevalorar el tiempo que una persona ha pasado en una determinada organización o en un determinado sector, cuando lo que verdaderamente importa es si lo hizo bien y si es capaz de ofrecer lo que su próxima organización necesita de él. Y es que, lastimosamente, en los últimos años he podido contemplar que hay personas que habiendo estado 12 años en un mismo sector, es como si hubieran repetido 1 año, 12 veces. Es como si el hecho de haber pasado muchos años en una organización o en un sector determinado, fuera un sello de calidad que nos asegura un rendimiento inmejorable. En un gran porcentaje es así, pero en este artículo me refiero a ese otro porcentaje, en el que la experiencia no es un grado y además, nos empuja a fallar en nuestra contratación.

Así que, revisa tus creencias cuando vas a realizar un proceso de selección y si necesitas un perfil con experiencia, chequea muy bien que el profesional ha aprovechado ese tiempo, comprueba su valía y el impacto positivo que puede tener en tu organización. Hay muchos profesionales muy valiosos por ahí, sin embargo, hay otros que desangrarán tu empresa poco a poco y te harán perder un tiempo precioso y una buena cantidad de recursos.

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