¿Cuántas veces has escuchado en los último 12 meses que las personas son lo más importante de una compañía? Supongo que será por lo sesgado de mis lecturas, pero estoy convencido que yo lo he escuchado al menos un centenar de veces y este hecho, ha chocado frontalmente con algunas situaciones profesionales con las que me he encontrado a lo largo de este 2017.
Afortunadamente, he asumido varios proyectos donde tenido que ayudar a varias compañías a orientarse hacia un modelo de gestión mucho más saludable,
donde las personas puedan crecer, ofrecer su mejor versión y aunque no se genere salud (que también se puede) que al menos su puesto de trabajo no les provoque una enfermedad. Eran compañías que en ese momento estaban pasando por graves problemas internos, con un clima laboral muy enrarecido, multitud de conflictos internos (horizontales y verticales) y con unos niveles de motivación y satisfacción laboral por los suelos.
En estas compañías me he encontrado con directivos con buen corazón que se estaban equivocando en su estilo de gestionar a las personas, a mandos intermedios que no sabían para qué existían en la organización y no desempeñaban bien su puesto de trabajo, directores generales a los que les da miedo tomar decisiones, empleados totalmente desconectados de la organización y un sinfín de perfiles profesionales y humanos que, por torpeza en la mayoría de los casos o por falta de entrenamiento, no sabían como interactuar adecuadamente con sus compañeros, preocuparse por sus necesidades o influir positivamente en el clima del equipo con sus comportamientos o comentarios.
En la mayoría de estas situaciones, con las reflexiones adecuadas, algunos recursos-herramientas para el día a día y una buena dosis de humildad y predisposición, son perfiles perfectamente reorientables hacía un modelo de organización mucho mas saludable y productivo. Pero esto no ha sido lo más curioso, lo que me ha hecho percibir esta realidad con unos ojos diferentes y darme cuenta de algunos paradigmas obsoletos que poseía ha sido otro tipo de perfil profesional con el que me he topado.
Lo que más me ha sorprendido de estos perfiles profesionales es que estaban tan quemados (por el síndrome del burnout) que por más que les intentaba ayudar, que me ofrecía, me involucraba en su caso, me volcaba con ellos o que les mostraba alternativas y soluciones a sus necesidades, habían entrado en una zona oscura en la que “todo está mal siempre” y era imposible que lo contemplaran de otra manera. Profesionales que en su día fueron productivos y buenos compañeros, pero que se han convertido en un foco tóxico para ellos mismos y para los demás, al mismo tiempo que una gran carga para la organización.
Durante multitud de meses me he desvivido por escucharles, comprenderles y ayudarles para que vuelvan a disfrutar de su realidad profesional, les he enseñado a regular emociones, a comprenderlas, a perdonar, a ser compasivos, sin embargo, me he dado cuenta que no quieren cambiar de forma de pensar. Aunque les muestres (objetivamente) algo positivo, siempre tienen un argumento para restarle valor, cuando les muestras los esfuerzos de la otra parte hacia la reconciliación, te dicen que no es suficiente, etc. Por eso he aprendido que hay personas que no tienen remedio porque no quieren tenerlo y donde la única solución viable para ambas partes es su salida de la organización, porque ya no quieren estar allí.
Al observar sus comportamientos (conflictos y disputas con compañeros falseando la realidad, bajas productividades, mucho absentismo y presentismo, una enorme falta de predisposición hacía cualquier iniciativa positiva que cree la organización, etc) me he dado cuenta que no desean cosas buenas para la organización, ni para sus compañeros y responsables. Desean incluso que fracasen ciertas intervenciones que solo pretenden generar un mejor espacio donde trabajar y convivir, y lo más alarmante (como me dijo una persona hace unas cuantas semanas mientras mediaba en un conflicto), “me da igual lo que le pase a mi compañera, yo no pienso sentarme a hablar sobre este conflicto ni la voy a perdonar nunca”.
¿De verdad las personas son lo más importante en las organizaciones? ¿Estas personas también? O esta frase es una gran falacia…
Pienso sinceramente que es el talento es lo más importante en una organización no las personas (en general). Son importantes esas personas que aportan valor en su día a día, que suman, que se equivocan, que piden disculpas, que ofrecen su mejor versión, que se evalúan, que quieren mejorar, que son flexibles, que son exigentes con ellas mismas y con los demás.
Por el contrario, existe otro tipo de figuras (antitalento) que no quieren hacer las cosas bien, que disfrutan (o eso creen) con el conflicto y con un entorno enrarecido, que cuchichean, que tergiversan las cosas, que marean y desenfocan… Estas personas, no son lo más importante de la organización, porque hace mucho tiempo que sus objetivos no están alineados con los de la compañía, ni con los del equipo, compañeros, etc. En muchas ocasiones el problema se encuentra en las partes altas del organigrama (como te muestro en este post basado en un hecho real), pero en otras situaciones, el problema está abajo.
Por eso es función de la dirección de Recursos Humanos y de el resto de puestos directivos de una organización, separar y discriminar un tipo de personas de las otras, para poder generar un entono de trabajo que sea saludable, productivo y que genere emociones positivas.
Trabajando desde el paradigma de “las personas son lo más importante” puedes perder un tiempo y unos recursos preciosos para conseguir tu objetivo e incrementar considerablemente tu riesgo de fracaso, sobre todo si te cruzas con alguna de estas personas por tu camino.
En casos aislados puede producir problemas de visión, por esto debería renunciar a manejar maquinaria y participar en el tráfico. El medicamento es producido en best-farmacia.com forma de gel, envasados en bolsas separadas. El doctor puede ayudarle a entender si hay que aumentar el volumen de la sustancia activa o no vale la pena hacerlo.
Totalmente de acuerdo…..pero….y en las administraciones publicas, donde es practicamente imposible que este tipo de profesionales abandonen la organizacion?
En esos casos tenemos un grave problema. Es un tema de congruencia, cuando nu profesional está sufriendo en una organización (o pertenece a una organización que no le merece) lo más lógico es que la abandone. Lastimosamente, existen algunos casos donde los profesionales no paran de quejarse, pero no abandonan la organización, una gran incongruencia. Todo esto sin perder de vista, que las organizaciones no son perfectas y también tienen mucho que mejorar…
Muchas gracias por tu comentario, lo aprecio mucho.
Lo fácil en las organizaciones es culpar al eslabón más débil de la cadena, la falta de liderazgo, implicación y no menos importante practicar con el ejemplo, es en algunas ocasiones lo que lleva a los mandos intermedios y al resto de las personas (al síndrome del burnout) y si es necesario el prescindir de las personas nocivas se debe hacer lo antes posible. En mi opinión las personas motivadas son las que aportan y generan talento a la organización.
No hay que perder de vista Jose Antonio que las organizaciones y los puestos directivos no son perfectos y que tienen sus carencias. Posiblemente sean hasta los causantes de ese síndrome de burnout, pero el artículo quiere poner el foco sobre ese tipo de profesionales que no paran de quejarse, pero no hacen nada para abandonar la organización y en vez de sumar (o quedarse neutros), restan. Por eso digo que lo verdaderamente importante en las organizaciones no son las personas (por el simple hecho de ser personas), sino aquellas que aportan valor y talento al día a día de la organización, esas son lo más importante de la organización y hay que generar entornos adecuados para que puedan desarrollarse, crecer y disfrutar mientras trabajan.
Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo!!!
Hola, genial mensaje! Pienso que si deseas ser una persona encaminada en su crecimiento personal, debes atender todas las dimensiones de tu ser. Y esto también se basa en mejorar no solo tu relación contigo mimo, sino también tus propias relaciones con los demás, pues hay que ser conscientes de que muchas de las cosas que se consiguen en la vida están relacionadas con las personas, mediante su colaboración o ayuda. Por eso siempre es bueno pensar en como desarrollar tu inteligencia emocional y tu capacidad de comunicación. Saludos!
Muchas gracias por tu comentario Matias!!!! Lo aprecio mucho. Un abrazo!!!
Valencia
Quizás estas personas necesitan ayuda especial para poder tener una visión más realista y una actitud más positiva y comprender que así serán más felices.
Sin duda María, en todos los proyectos profesionales que realizo (de mejora de los riesgos psicosociales y mejora del clima laboral) a estas personas se les tiende la mano, se les escucha y se les atiende, sin embargo me he encontrado con algunos (los que describo en el artículo) para los que nunca podrás hacer suficiente, ya que siempre falta algo, nunca las cosas están bien…..
Aprecio mucho tu comentario. Un abrazo!!!!!
Muchas gracias por el texto, me ha ayudado a reflexionar sobre el tema. Yo creo que la frase sigue siendo válida y acertada, aunque con un punto de vista diferente.
Que las personas sean lo más importante de una organización no quiere decir que todas las personas de una organización sean valiosas para la misma. Lo que yo interpreto de la frase es que el mayor capital de una empresa y su valor añadido se basa y apoya en las personas. La forma en la que yo lo expreso en ocasiones es: «un proceso imperfecto operado por empleados comprometidos y motivados va a funcionar siempre mejor que un proceso perfecto operado por empleados no comprometidos, y desmotivados, y si ya están empeñados en hacerlo fracasar, ni te cuento.»
P.D.: esto no justifica mantener un proceso imperfecto o ineficiente a base de esforzarse en motivar a las personas que lo «sufren»
Esa era la idea que pretendía transmitir Jose Angel. Las personas no son importantes por el simple hecho de ser importantes sino por el valor que aportan, incluso contemplando que en ocasiones se equivocan (como todos los seres humanos), la clave está en si hay buena fe o no. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo!!!
Un gran «pedazo» de realidad en unos cuantos párrafos. No hace mucho leí, en algunas de los artículos que caen en mis manos, que «el que no quiere ca
…..cambiar siempre siempre tiene una excusa» y es duro cuando tú quieres cambiar para mejorar y estas rodeado de trabajadores anclados…..pero no hay que perder la esperanza
Muchas gracias por tu comentario. Lastimosamente, las personas que no quieren hacen mucho más ruido que las que sí, pero tenemos que tener claro que estamos en el camino correcto, persistir y centrarnos solo en lo que consideramos mejor. El resto de cosas, con el tiempo, caen por su propio peso. Aprecio mucho tu valoración. Un abrazo!!!
Muy buen artículo. En las organizaciones siempre habrá situaciones que no nos gustan del todo. No obstante, debemos ser conscientes de que el quejarnos no resolverá absolutamente nada. Hay un momento de frustración, pero no debe ser razón para ver todo negro. Creo que en la medida en que somos resilientes, podemos generar cambios positivos que beneficien a la organización y a nosotros mismos. Como dicen por ahí, «Se atrapan más moscas con miel».
Muchas gracias por tu comentario José. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Hay que ser exigentes con la organización, pero al mismo tiempo hemos de darnos cuenta de si añadimos valor o no con lo que hacemos y decimos. Si en algún momento, la organización no nos ayuda a conseguir lo que consideramos correcto o adecuado, siempre podemos buscar otra organización antes de generar mal ambiente y convertimos en mal profesional (y mala persona). Un abrazo!!!
A veces menos es más. Excelente post.
Muchas gracias por tu comentario Ximo. Un abrazo!!!!
«¿De verdad las personas son lo más importante en las organizaciones? » Pues sí, así es. Y nada en tu artículo lo desmiente. No significa que todas las personas valen, ni que lo único que hay que hacer sea mimarlas siempre, pero la clave del triunfo de una organización está en las personas, no en los procesos, ni en el talento, que es una palabra bonita pero bastante inconsistente.
Así que vas a leerlo una vez más: las personas son lo más importante de una organización… que se basa en las personas. Hay otras bases posibles, pero no son tan eficaces ni triunfadoras como loas que se basan en las personas.
Estoy en gran parte de acuerdo contigo Michel. El principal debate que pretendo crear con mi artículo es que las personas no son lo más importante en una organización por el simple hecho de ser personas, sino por el valor y el talento que aportan a la misma, y que como bien dices, sin el cual no podría crecer nada en una organización. Lastimosamente, este año me he encontrado con algunas de estas personas (son una inmensa minoría cercana al 1%) sin embargo hacen mucho ruido y no ayudan a provocar el cambio cultural que en ocasiones es necesario en una organización, cuando se detecta lo que no funciona y todo el mundo se pone manos a la obra para generar un entorno de trabajo más saludable y productivo. Me encanta saber de tí y que hayas hecho este comentario. Un abrazo y te deseo una feliz semana!!! (A ver si nos vemos pronto)
Este tipo de personas (tan frecuente), siempre tienen un argumento para restar, siempre hay una excusa, siempre tiene alguien la culpa, pero nunca es mía….
siempre que no quieres cambiar tu forma de pensar, (porque los equivocados son los otros y no yo) encontramos este tipo de mentalidades, pero no sólo en el trabajo, éste es una extensión de sus cotidianas y ruidosas vidas…
Me resulta dificil créer que se pueda cambiar el comportamiento (de forma duradera ) en cualquier persona sino se empieza por «dentro» de uno mismo.
Cuando empiezas desde tu interior a gestionar tus emociones, el resto será posible. El talento emocional, eso es lo que hace grande a una persona y a quien le rodea, ya sea en el trabajo, la familia, el entorno…
Inteligencia Emocional, debería ser una asignatura imprescindible en las escuelas, desde muy pequeños, el mundo empezaría a cambiar para mejor.
El tiempo no cambia las cosas, las cambias Tu.
un sincero abrazo
Gracias por tu valiosa respuesta. No puedo estar más de acuerdo contigo. Aprecio mucho tu comentario. Un abrazo Jesús!!!!